Hay muchas excusas para viajar, pero disfrutar del turismo del vino es una de las mejores. Cada vez está más solicitado alejarse de la concurrida ciudad y vivir una experiencia más tranquila en torno al turismo del vino, desde todo el cuidado de las viñas y elaboración del vino hasta la cata del mismo.
Hay tantas ofertas de viajes como vinos en España, todas y cada una variadas y con características que las hacen únicas. En este artículo te propongo 3 escapadas a lo mejor no tan conocidas, pero sí muy especiales y que vale la pena vivir (y catar).
La Orotava, uno de los lugares más especiales de Tenerife
En las faldas del Teide nos encontramos con el valle y la villa de La Orotava, lugar de gran historia y que mantiene en perfecto estado su casco antiguo.
Su gran historia y cuidado entorno natural se pueden recorrer mediante varios tours, entre los que recomiendo especialmente la excursión a Los Gigantes. En esta salida podemos observar los espectaculares acantilados de la isla y algunos de los pueblos más pintorescos de la zona.
Después de conocer el Teide y la zona, la mejor opción es disfrutar del mejor turismo del vino, en el que destaca la bodega Suertes del Marques. Esta pequeña bodega familiar apuesta por los vinos autóctonos y el buen hacer, utilizando sólo técnicas tradicionales y un mimo constante a las viñas.
Sus vinos son algunos de los más innovadores y sorprendentes del mercado actual de España, revalorizando por completo los vinos canarios y dándoles el reconocimiento que se merecen.
El enoturismo mallorquín a través de Felanitx
¿Quién no sueña con hacer un pequeño viaje a Mallorca? Y probar el vino autóctono del lugar es una actividad casi obligatoria. Una vez allí, contamos con multitud de excursiones y atracciones turísticas dignas de visitar, como el espectacular castillo en el aire de Santueri.
Aunque es un viaje para el que hacen falta muchos días, ya que queda a sólo 50 quilómetros de la capital mallorquina y hay multitud de sitios que conocer, tomarse la visita con calma es la mejor excusa para repetir viaje en el futuro.
Algo que no podemos pasar por alto es degustar el vino de la zona, la segunda mayor extensión vitivinícola de la isla. Podemos probar cualquier 4 kilos vino, para el que se apostó por recuperar las variedades autóctonas casi extintas y utilizar sólo técnicas y elementos tradicionales.
Gracias a bodegas como esta, se está recuperando la esencia y fuerza de estos vinos regionales, un poco diferentes a lo que estamos acostumbrados, pero completamente deliciosos.
Cadalso de los Vidrios, ruralidad y tradición a un paso de Madrid
A sólo 80 quilómetros al sur de la capital nos encontramos a Cadalso de los Vidrios, un pequeño pueblo de poco más de 3.000 habitantes perfecto para una escapada de fin de semana.
Este paraje natural delimita las provincias de Toledo y Ávila, y es espectacular en todos los sentidos. Después de recorrer sus calles para ver su historia a través del Casón de los Austria y el Palacio de Villena, no hay mejor forma que apreciar su naturaleza que a través del turismo de vinos.
La bodega 4 Monos Viticultores es otra de las bodegas (irónicamente) innovadoras que apuestan todo por tradición que están surgiendo en los últimos años. El 4 monos vino usa variedades de uva regionales de Gredos y sólo técnicas de elaboración y cultivo tradicionales de la zona.
El turismo del vino, el mejor de todos
Todas y cada una de las bodegas comentadas tienen un factor común: la apuesta total por la tradición y los vinos autóctonos. Gracias a esto, podemos disfrutar de la esencia de cada viaje en cada cata, con diferentes matices y consistencias.
