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Visitar España con gusto: 3 rutas gastronómicas en coche

Llega agosto y todos pensamos, ¿y ahora a dónde voy de vacaciones? Si eres uno de los que disfrutan el momento de coger el coche y salir a ver mundo, te propongo aquí tres rutas que vale mucho la pena conocer… ¡y probar!

Si hay algo que sabemos hacer bien, y muy bien, en España es comer y disfrutar de lo nuestro. La cocina española es muy rica, sorprendente y diferente en cada región, por lo que un plan perfecto para cerrar el verano es salir de ruta y disfrutar de algunos de los mejores platos de cada lugar.

 ¿Por qué en España se come tan bien y tan diferente en cada lugar?

La gran diversidad de la gastronomía de nuestro país se debe a muchos factores, principalmente la gran diversidad de climas y culturas que han influido a lo largo de los años en cada zona. Así, no tiene nada que ver (o muy poco que ver) el norte con el sur, reflejándose sus diferencias también en los platos.

Gracias a esto y a las materias primas propias de cada lugar, tenemos diversidad de fantásticas comidas para todos los gustos. Cada comunidad, cada provincia y cada pueblo tiene su plato propio típico a raíz de lo que pueden cultivar o cosechar con sus propias manos gracias al entorno, tipo de suelo y diferentes recursos naturales.

Rutas en coche por España con las que disfrutar de la mejor gastronomía

Aunque es complicado elegir entre la amplia oferta, he seleccionado 3 rutas para recorrer en un fin de semana y en las que, aparte de comer bien, tenemos multitud de impresionantes lugares que visitar.

Ruta 1: de Castellón a Alicante

Aquí de arroz va la cosa, y Castellón es una parada obligatoria en la que probar el famoso arroz negro y la coca de tomate y verduras. Tras visitar el casco histórico y sus espectaculares playas, a menos de 1 en coche nos ponemos en Valencia.

Si por algo se conoce a Valencia, es por la paella, la gran paella valenciana. En sus restaurantes podrás encontrar multitud de versiones con ingredientes para todos los gustos, pero hay más degustaciones prácticamente obligatorias en el lugar. La olla valenciana, la fideuá, el esgarret o el aspencat son otros platos típicos que sacan a relucir los mejores productos locales.

Ruta 2: de Bilbao a San Sebastián

Una ruta por el norte siempre es un acierto. Con su fantástico clima de temperatura templada y preciosos parajes naturales muy verdes, es un plan perfecto para escapar del abrasante calor de las últimas semanas del verano.

Tras visitar la estatua de Puppy y el museo Guggenheim, el mejor plan es perderse por el casco histórico y, concretamente, por los diferentes bares en los que se pueden degustar los pintxos típicos. Su amplia variedad cubre todo tipo de gustos y, gracias a su pequeño tamaño, podemos probar gran cantidad de ellos y explorar todo tipo de sabores.

A tan solo una hora y media, está San Sabestián – Donosti, una preciosa ciudad costera en la que te esperan impresionantes platos de marisco y pescado fresco. Dos platos típicos que recomiendo son el marmitako, un espectacular guiso de bonito o atún, y la tortilla de bacalao.

Ruta 3: de Huelva a Sevilla

El sur es tierra de calor, playa y buena vida, pero también de embutidos, pescados y aceite de oliva. Huelva es una parada obligatoria por su gran historia y, sobre todo, por sus geniales pescados y mariscos: gambas, patatas con choco, mojama de atún…

Tras probar lo mejor del mar, a una hora cara el interior tenemos la capital andaluza. La gran variedad de platos típicos de Sevilla hace complicada la selección de qué comer, desde huevos a la flamenca hasta soldaditos de Pavía. Sin embargo, recomiendo probar el serranito, el bocadillo más conocido y apreciado del lugar. Puedes probarlo en alguno de los bares del casco histórico y disfrutar del liar y la gente, o bien hacerlo tú mismo. Su receta es muy fácil y te seguro que, después de probarlo, lo añadirás a tu dieta habitual. ¡Está delicioso!

Receta del serranito, el bocadillo sevillano

Ingredientes:

  • Pan de Viena o tipo mollete
  • 2 pimientos verdes italianos
  • Rodajas de lomo
  • Lonchas de jamón serrano, en mi caso utilizo uno de El Pozo.
  • Mayonesa
  • Aceite de oliva y sal

Preparación:

  1. El primer paso es lavar los pimientos, cortarlos por la mitad y sacarles todas las semillas. En una sartén con aceite a fuego medio, se ponen los pimientos con la piel hacia arriba, se les hecha un poco de sal y se dejan un par de minutos por cada lado hasta estar un poco dorados.
  2. En la misma sartén, pero sin aceite, para que quede un poco el sabor de los pimientos, se hacen a la plancha las rodajas de lomo con un poco de sal, dorándolas por ambos lados un par de minutos.
  3. Corta el pan por la mitad para hacer el bocadillo, y, con ayuda de una cuchara sopera, unta la parte de abajo con mayonesa, aproximadamente unas 2 o 3 cucharadas.
  4. Encima de la mayonesa reparte las rodajas de lomo de manera uniforme y, encima de estas, coloca los pimientos fritos y, sobre ellos, el jamón serrano. Coloca el pan de arriba, ¡y serranito listo!

Una guarnición de patatas fritas o al horno es el acompañante ideal para este delicioso bocadillo, una joya de la gastronomía andaluza que ha sido todo un descubrimiento para mí. Una explosión de sabores que combinan a la perfección y perfecto para los días de verano, aunque he de confesar que se ha convertido en uno de mis platos habituales a lo largo de todo el año.

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